Cabalgando los cielos: Elegidos para la gloria, de Philip Kaufman

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“At every level in one´s progress up that staggeringly high pyramid, the world was once more divided into those men who had the right stuff to continue the climb and those who had to be left behind”
-Tom Wolfe

En Elegidos para la gloria (The Right Stuff, 1983) hay una escena que marca un antes y un después en el filme. Tiene lugar el 9 de abril de 1959 en Washington, durante la rueda de prensa en la que el director de la NASA presenta a los siete astronautas escogidos para la misión Mercury, que pondrá al primer norteamericano en el espacio exterior: Grissom, Cooper, Slayton, Glenn, Carpenter, Shepard y Schirra.

El tono del funcionario es exaltado y prosopopéyico, y las respuestas de los sonrientes astronautas son un sartal inenarrable de lugares comunes patrioteros, moralistas y políticamente correctos. Uno de ellos –Slayton- en un momento dado afirma: “Pero no decimos nada nuevo aquí. Repetimos las mismas cosas que hay que decir una y otra vez con renovada convicción”, como si de repente él -y el guionista autor de esas líneas, que no es otro que el mismo director Philip Kaufman- hubieran tenido un momento de autorreflexión y consciencia frente al absurdo de la situación, que para rematar termina, bochornosamente, con el “Aleluya” del Mesías de Händel interpretada por la Orquesta filarmónica de Londres y el coro John Alldis.

Elegidos para la gloria (The Right Stuff, 1983)

La escena es tan ridícula que solo es posible entenderla en tono de sátira. Si uno ve Elegidos para la gloria desde esa óptica quizá logremos disfrutarla, de otra forma estamos ante una película de diálogos banales, reaccionaria y machista, la mismísima semilla del Top Gun (1986), de Tony Scott. Seguramente Michael Bay tuvo que haberla visto. La película surge de un libro homónimo de Tom Wolfe publicado en 1979 y cuyos derechos compraron los productores Irwin Winkler y Robert Chartoff. Wolfe quería presentarnos a los astronautas como los que eran: seres humanos imperfectos, no niños exploradores impolutos. El mismo Kaufman hizo la adaptación. En una entrevista en Wired, este afirma que “yo realmente quería regresar a la actitud, atmósfera y humor de Tom Wolfe. En realidad quería encontrar esa calidad de Tom Wolfe, la locura del circo americano, el cómo los astronautas estaban definidos públicamente por un artículo de la revista Life, mientras la verdad era aún más interesante, importante y heroica” (1).

Elegidos para la gloria (The Right Stuff, 1983)

Quizá por eso Kaufman ridiculiza tan abiertamente al gobierno. Hay una escena que se repite de unos pies que corren hacia un salón lleno de políticos a darles malas noticias sobre el avance espacial de los rusos, siempre a la vanguardia sobre la Nasa. Son los pies de Jeff Goldblum convertido en una suerte de emisario payaso. Pero si de clowns hablamos, hay que ver el retrato que Kaufman hace de los medios de comunicación en este filme. Para representar a la obscena nube de fotógrafos y periodistas que merodea sobre los astronautas y sus familias recurrió a los Fratelli Bologna, una tropilla de improvisadores de San Francisco (donde se rodó el filme) para que los representaran. Ni mandados a hacer.

Pese a algunas escenas donde se ridiculiza a los astronautas, Elegidos para la gloria no los critica ni los juzga, quizá porque la mayoría de ellos estaban vivos al momento del rodaje y que Chuck Yeager –el primer piloto que rompió la barrera del sonido- fue asesor del filme e hizo un cameo. Sam Shepard fue quien lo interpretó en la película y por ese rol fue nominado al premio Oscar. En una carta escrita por Kaufman y que está incluida en el blu ray de aniversario de los 30 años del filme, este afirma que “Sam Shepard no se parecía a Yeager, pero se sentía como él. Sam le otorgó cierta calidad: el- vaquero-según-Gary Cooper. Encontrándose con el X-1, gritando en las alturas del desierto como un bronco que no puede ser roto o domado, Yeager/Shepard ensilla y monta a la bestia a través de la barrera del sonido hacia lo desconocido”. Entre tanta testosterona suelta, el estoicismo callado del Yeager según Shepard le da una enorme dignidad a un filme que no fue entendido en su momento y que fue un fracaso en las taquillas.

Elegidos para la gloria (The Right Stuff, 1983)

No obstante estar nominado a ocho premios Oscar y ser ganador de cuatro (montaje, sonido, efectos y banda sonora), Elegidos para la gloria creo que no tiene lo que se necesita (ese indefinible “right stuff”) para hacer inmortal a una película. Lástima.

Referencia:
1. Alex French y Howie Kahn “Punch hole in the sky” – An oral story of the Right Stuff, Wired, disponible online en: https://www.wired.com/2014/11/oral-history-of-right-stuff/

Publicado en el cuadernillo digital de la Revista Kinetoscopio, “Sam Shepard, hombre de cine” (diciembre de 2017), págs. 32-34
©Centro Colombo Americano de Medellín, 2017

©Todos los textos de www.tiempodecine.co son de la autoría de Juan Carlos González A.

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