Cannes sabe a cine
Juan Carlos González A.
Publicado en la columna “Séptimo arte” del periódico El Tiempo (Bogotá, 25/05/14). Pág. 7 (sección Debes Hacer).
©Casa Editorial El Tiempo, 2014
Asistir al Festival de Cine de Cannes es una experiencia abrumadora para cualquiera. Las dimensiones de este evento, su organización estricta, su altura académica y técnica, las películas que se exhiben, los directores y las estrellas que por acá pasan, el glamour, la belleza y los negocios que se mueven no tienen parangón. Para un cinéfilo poder ser parte integral por unos días de esta enorme y plural comunidad que respira cine es un privilegio enorme y así lo he entendido. Es bueno saber que uno no está tan solo como supone a veces.
Sin importar que película haya ganado la Palma de oro en la noche de ayer, la selección oficial de filmes que se presentó acá refleja de buena forma el estado de ánimo del cine contemporáneo. Y entre los 18 largometrajes que aspiraron al máximo galardón alcanzo a percibir -pese a su diversidad- una tendencia a buscar el drama que se encuentra en los laberintos de la mente enferma. Si el 2013 fue el año del cuerpo, este parece ser el de la disfunción cerebral.
La depresión (Deux jours, Une nuit),la psicopatía (The Captive, Foxcatcher), la locura (The Homesman), la celotipia (Winter Sleep), las consecuencias de las adicciones (Saint Laurent, Maps to the Stars), la impulsividad de la sangre caliente y de la intolerancia (Relatos salvajes, Jimmy´s Hall), el transtorno de hiperactividad (Mommy), los conflictos materno filiales no resueltos (Still the Water) y las secuelas mentales de la guerra (The Search) son el material que nutre a unos filmes que recurrieron a la descripción de lo que ocurre cuando alguien se somete a una presión -interna o externa- que lo supera y lo hace estallar. Obviamente algunos escaparon a este esquema y recurrieron al biopic (Mr. Turner) o al ensayo visual (Adieu au langage), pero no deja de ser llamativa esa tendencia dramática enfermiza que menciono.
En las secciones paralelas he de resaltar el documental de Wim Wenders, La sal de la tierra, sobre la vida y la excelsa obra del fotógrafo brasileño Sebastião Salgado. Wenders se apoya en las fotos sociales de Salgado para hacer referencia de los últimos 40 años de conflictos mundiales, filtrados por la lente de este maestro de la fotografía. La 67a. edición del Festival de Cannes queda ya en el pasado. Estuve ahí: olvidarlo será simplemente imposible.