El hombre eclipsado por la estrella: Becoming Cary Grant, de Mark Kidel

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“¿Cómo puede alguien ser «Cary Grant»?, pero ¿cómo puede alguien, incluso después, no plantearse intentarlo?”
-David Thomson

Marzo 31 de 1973, Hotel Beverly Hilton en Los Ángeles. El American Film Institute entrega por primera vez su galardón a toda una vida dedicada al cine. John Ford será el homenajeado –el presidente Nixón además le impondrá la medalla de la Libertad- y por supuesto Cary Grant es uno de los invitados al evento. Al llegar a las mesas donde se entregaban los tiquetes de entrada, una mujer de mediana edad le reclamó el suyo.
–“Lo siento mucho, olvidé mi entrada, ¿puedo seguir?- le dijo el actor.
La mujer, mirando hacia abajo, le dijo: -“¿Nombre?”
-“Ca-ry Grant” –le respondió él.
Ahora la mujer lo miró, frunció el ceño, lo apreció mejor y le dijo: “-Usted no se parece a Cary Grant”.
-“Lo sé, nadie se le parece”- le respondió con rapidez.

La anécdota la recoge Peter Bogdanovich, que fue testigo presencial del hecho, en su libro de perfiles Who the Hell’s in It, publicado en 2004, y refleja con precisión una paradoja existencial que acompañó a un actor a quien todos conocimos como Cary Grant, pero que en realidad no fue bautizado así. “Mi apellido es Leach. A lo cual, en mi bautizo, se añadió Archibald Alexander, sin que tuviera oportunidad de protestar. Durante más de la mitad de mis cincuenta y ocho años he mirado con cautela desde detrás de la fachada de un hombre conocido como Cary Grant. La protección de esa fachada demostró ser una ventaja y una desventaja. Si yo no podía ver claramente hacia afuera, ¿cómo podría ver alguien hacia adentro?” (1), explicaba el actor en una autobiografía suya no publicada.

Cary Grant y Mae West en She Done Him Wrong (1933)

Cuando Archibald –Archie- Leach fue contratado por la Paramount Pictures en 1931 lo primero que se le ordenó fue despojarse de su nombre real. El actor escogió “Cary” del personaje de Cary Lockwood que interpretó en Broadway y el “Grant” de una lista de apellidos preseleccionados por el departamento de relaciones públicas del estudio. Pero el problema no era el cambio de nombre real –era una práctica muy usual y sigue siendo aplicada- por un nombre artístico. El asunto es que la personalidad de Archie Leach fue desapareciendo y fundiéndose con la del personaje que la gente veía en la pantalla. En realidad esa seguridad, esa masculinidad, esa apostura física, esa galantería eran obras de los guionistas y de los directores: se dice que fue Leo McCarey –quien lo dirigió en La pícara puritana (The Awful Truth, 1937) el que lo moldeó para sacar a la luz sus habilidades cómicas y la informalidad; mientras que a George Cukor le adeuda su aire sofisticado. Pero el público pensaba que el hombre detrás del personaje era igual y Archie no iba a defraudarlos. En realidad Cary Grant fue un papel, tanto cuando las cámaras se encendían como cuando se apagaban. Archie vivía oculto tras esa fachada. Es más, cuando se nacionalizó norteamericano en 1941 oficializó el cambio de su nombre: ya para todos los efectos legales él era Cary Grant.

Cary Grant grabando películas caseras…

“Todo el mundo quiere ser Cary Grant. Incluso yo quiero ser Cary Grant. He pasado la mayor parte de mi vida fluctuando entre Archie Leach y Cary Grant; sin estar seguro de ninguno, desconfiando de ambos. Fingí ser alguien que deseaba ser, hasta que finalmente me convertí en esa persona. O él se convirtió en mí” (2), decía en su frase más citada y quizá en la más reveladora y triste. Es la confesión de un hombre atrapado por un personaje, de un hombre eclipsado por una estrella. Este es el material que nutre al documental Becoming Cary Grant, de Marc Kidel, cuyo debut mundial tuvo lugar en el Festival de Cannes el 23 de mayo de 2017.

La película utiliza como fuentes videos caseros de la familia Grant y el propio testimonio del actor –recogido en la mencionada autobiografía- y sus palabras llegan a nosotros leídas por la voz en off de Jonathan Pryce. Nos enteramos de su infancia en Bristol a principios del siglo XX y del impacto que en él tuvo la desaparición de su madre Elsie Maria cuando apenas tenía 10 años. Se le explicó que había tomado unas largas vacaciones y después que había muerto. En realidad el padre de Archie la internó en el hospital mental Glenside, por un trastorno depresivo severo. Grant solo se enteró de que su madre estaba viva en 1931 y desde entonces cuidó de ella.

Cary Grant y su tercera esposa, Betsy Drake

Esto, obviamente, lo afectó muchísimo. Creció tímido, desconfiado de las mujeres y se convirtió en un adulto hostil, maltratador,  inseguro de sí y de su sexualidad. A pesar de los rumores de su homosexualismo (o quizá por ellos), Grant se casó cinco veces: con Virginia Cherrill, Barbara Hutton, Betsy Drake, Dyan Cannon (la madre de su única hija) y Barbara Harris. Sus matrimonios no fueron prolongados, pero tampoco ninguno pareció ser una coartada para ocultar la supuesta relación homosexual que tuvo con el actor Randolph Scott, sobre la que este documental guarda absoluto silencio.

Pese a su éxito como actor, sostener la máscara feliz teniendo tantos conflictos internos irresolutos era muy difícil, y cuando estaba en el pico de su carrera, trabajando incluso para Alfred Hitchcock, Grant piensa en retirarse del cine, agotado y deprimido. Es en esos momentos que, animado por su tercera esposa, Betsy Drake, se somete a un tratamiento con ácido lisérgico (LSD), utilizado en esos momentos como una forma de psicoterapia. Se hizo a los servicios de un prestigioso siquiatra de Beverly Hills que supervisaba las sesiones, que fueron alrededor de cien. Becoming Cary Grant rápidamente llega ahí, como una novedad que debe resaltar y enfatizar. Hay incluso una dramatización de las sesiones y de “los viajes” a su subconsciente, que resultaron en un positivo “renacimiento” espiritual del actor.

Cary Grant, 1904-1986

“Uno se convierte en un campo de batalla de antiguas y nuevas creencias. De pesadillas más allá de la descripción. Pasé en medio de mares cambiantes de horrorosos y felices paisajes, a través de un montaje de odio y amor intensos, un mosaico de impresiones pretéritas que se ensamblaban y se reensamblaban; a través de aterradoras profundidades de oscura desesperación reemplazadas por gloriosos y cuasi celestiales simbolismos religiosos. Sesión tras sesión. Semana tras semana. Aprendí muchas cosas en la tranquilidad de esa pequeña habitación. Aprendí a aceptar la responsabilidad de mis propias acciones, a culparme a mí mismo y a nadie más por las circunstancias de mi propia creación. Aprendí que nadie más, excepto yo, era quien me mantenía infeliz” (3), escribe el actor en su autobiografía.

Jennifer Grant en Becoming Cary Grant (2017)

Ese renacer personal, esa puesta en paz con su pasado, con sus errores y con sus temores lo trasformaron y lo abrieron como persona. Recuerdo que en el documental la voz de Grant dice “Oh my God, humanity please come in”, como una invitación propia para, a partir de ahí, sentirse humano, sentirse por fin bien con sí mismo. Y eso se reflejó –de acuerdo al documental- en la última parte de su carrera, donde rodó Operación Pacífico (Operation Petticoat, 1959), las dos películas que hizo para Stanley Donen –Página en blanco (The Grass Is Greener, 1960) y Charada (Charade, 1963)- y Operación Whisky (Father Goose, 1964), donde se le vio libre y dispuesto a tomar riesgos. Fuera de la pantalla tomó un riesgo aún mayor: fue padre a los 62 años de edad. Su hija Jennifer Grant, que aparece entrevistada en el filme, lo recuerda como una hombre muy afectuoso, un incondicional compañero de juegos. Por fortuna tuvo una vejez muy feliz. Falleció a los 82 años, en 1986.

En Becoming Cary Grant hay una imagen recurrente: la del mar. La del oleaje que llega hasta la costa, sobre la playa californiana. Solo al final entendemos lo que significa. Sabremos entonces en qué se convirtió un hombre al que simplemente conocimos como Cary Grant y del que en realidad nada sabíamos.

Referencias:
1. Cary Grant, “Archie Leach”, página web: Carygrant.net, disponible online en:
http://www.carygrant.net/autobiography/autobiography1.html
2. Marc Eliot, Cary Grant, la biografía, Barcelona, Lumen, 2007, p. 7
3. Cary Grant, “Archie Leach”, página web: Carygrant.net, disponible online en:
http://www.carygrant.net/autobiography/autobiography14.html

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