Conversión a la fuerza: El secuestro del papa, de Marco Bellocchio

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El veterano director italiano Marco Bellocchio recrea en El secuestro del papa (Rapito, 2023), conocida en España como El rapto, un episodio de la vida religiosa y política italiana del siglo XIX: el caso de Edgardo Mortara, un niño de una familia judía que fue bautizado en secreto y sin conocimiento de sus padres, que por ello perdieron la patria potestad del menor, que quedó en manos y bajo la custodia de la Iglesia católica.  Tales hechos –que tuvieron ecos internacionales- terminaron involucrando al papa Pio IX, el último papa-rey de los Estados Pontificios italianos. Juan Pablo II beatificó a Pio IX el 3 de septiembre de 2000, una decisión que generó polémica por el trato que los judíos de Roma recibieron durante su largo pontificado.

El secuestro del papa (Rapito, 2023)

Si bien Pio IX cerró el gueto judío de Roma al comienzo de su papado, sus actitudes frente a la comunidad judía distaron de ser misericordiosas y compasivas, según comentan diferentes historiadores.  Lo que se propuso El secuestro del papa (Rapito, 2023) al relatarnos el caso Mortara fue enfatizar en esa intolerancia y en ese dogmatismo de la Iglesia del momento, representada por un papa para quien la conversión de Edgardo Mortara al catolicismo iba a dejar de ser un hecho individual para convertirse en un símbolo inequívoco de su poder y de su desprecio frente a la comunidad judía, maniatada ante unas estructuras católicas absolutamente rígidas y omnipotentes, capaces de separar a un niño de seis años de sus padres para inculcarle a la fuerza una nueva religión, como quien hace un “lavado cerebral” a un prisionero de guerra.   

El secuestro del papa (Rapito, 2023)

Marco Bellocchio es consciente de que su filme es polémico y por eso hace énfasis en el rigor histórico de unos hechos pretéritos de su país que incluso él desconocía.  Este relato empieza en Bolonia en marzo de 1852 y concluye tres años después de la muerte del pontífice, que tuvo lugar el 7 de febrero de 1878. Hay unos hitos históricos de esos años que él recrea con fortuna y entreverados entre ellos está la historia de Edgardo, abandonado a su suerte en una especie de internado en Roma junto a otros niños que van a ser convertidos al catolicismo. La película no describe maltrato o abuso físico alguno, suficiente es con el dolor y el daño psicológico de la separación de su familia, aunada al adoctrinamiento en unos dogmas de fe que son imposibles de discutir, así el niño vea que a veces rezar “no funciona” para salvar a alguien. También arrastra la “culpa” de ser judío y haber “crucificado” a Cristo, algo que como veremos en la película, lo tortura.

El secuestro del papa (Rapito, 2023)

¿Es Edgardo el protagonista de El secuestro del papa? Aunque inicialmente estamos con él, realmente nunca nos adentramos a su mente, a sus pensamientos, a sus necesidades afectivas. Le vemos desde afuera construir, a punta de estoicismo y resignación, un vínculo creciente con sus captores. Es un chico maleable y la presión de grupo lo hizo aceptar y acoger como propios los ritos sacramentales que se le impusieron. Pero también lo vemos convertido en un joven novicio con contradicciones, que creció como si fuera huérfano y que se debate entre la lealtad a la Iglesia y la devoción a una familia que él siente lejana, pero que hizo todos los esfuerzos posibles a su alcance para recuperarlo. No sabemos si Edgardo es feliz con su decisión espiritual, solo tenemos claro que sus intenciones salvíficas deberían empezar por él mismo.     

El secuestro del papa (Rapito, 2023)

Quiero creer que este largometraje, al hacer personaje central al papa Pio IX (interpretado por Paolo Pierobon), está ofreciéndonos una denuncia sobre los abusos de la Iglesia, sobre los excesos de poder, sobre los peligros de un dogmatismo que no admite confrontación. Lo ocurrido con Edgardo puede ser solo una anécdota, pero materializa toda una doctrina que en vez de predicar el amor, predicaba el miedo. Marco Bellocchio  expresaba en una entrevista que “en realidad, y pese a que se me puede considerar un apasionado contra el catolicismo, el problema no es particular del credo cristiano. Cualquier religión, sea la romana, la musulmana o la ortodoxa, tiene una dimensión absoluta y ciega. La religión, cualquiera de ellas, es por definición intolerante”, para añadir después que “Y el dogma del siglo XIX que permitió un secuestro es el mismo de ahora. Un papa tolerante como el actual es un contrasentido; el papa se debe a los principios absolutos, e intolerantes, de la Iglesia” (1). Contra los dogmas se rebela esta película que fue nominada a once premios David di Donatello y ganó cinco, incluyendo el de mejor guion adaptado otorgado a Marco Bellocchio junto a Susanna Nicchiarelli. La industria italiana del cine premiando a un director valiente que no teme observar con detenimiento viejas heridas, sencillamente porque cicatrizadas no están.   

Cita:

1. Luis Martínez, “Marco Bellocchio: «Un Papa tolerante como el actual es un contrasentido»”, página web: www.elmundo.es, 11/01/24

Disponible online en:

https://www.elmundo.es/cultura/cine/2024/01/10/659ed6fe21efa0e9718b45c7.html

©Todos los textos de www.tiempodecine.co son de la autoría de Juan Carlos González A.    

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