Que haya luz: En primera plana (Spotlight), de Tom McCarthy
Hay en la película En primera plana (Spotlight, 2015) una secuencia que funciona como prólogo del filme y a la que vale la pena prestarle atención: estamos en 1976 en una estación de policía en Boston. Ahí se lleva a cabo un diálogo privado entre un obispo y una familia en presencia de un abogado, asistente del fiscal. Al parecer ha ocurrido un “incidente” con un sacerdote local y hay una denuncia de por medio. Luego de algunas promesas y palabras tranquilizadoras por parte del obispo, vemos más tarde salir al sacerdote en compañía de su superior con la anuencia de la autoridad, que prefiere mirar para otro lado, como si nada hubiera ocurrido.
Imaginemos ahora que estos hechos, que este tipo de conversaciones, arreglos privados y silencios cómplices siguieron ocurriendo a lo largo de los años y las décadas, creando una maraña de incidentes impunes, victimarios protegidos y víctimas amordazadas, todo ante la mirada de unos agentes de la ley indolentes y que quieren evitarse problemas con la iglesia católica, de enorme influencia en Boston. ¿Sería posible tratar de desenredar este ovillo de abusos y encubrimientos crónicos? ¿Sería posible encontrar la verdad y juzgar a los responsables? En primera plana es la historia real de esa compleja búsqueda de justicia, emprendida en Boston por la unidad investigativa –llamada Spotlight- del periódico The Boston Globe en 2001 y cuyas conclusiones, convertidas en una serie de artículos de prensa, llevaron a otorgarle el Premio Pulitzer dos años después. .
Esta no es exactamente una película sobre la pederastia en la iglesia. Realmente las intenciones del filme son otras: pretende ilustrarnos acerca de lo que se requiere para hacer una investigación periodística rigurosa, la cantidad de barreras –legales, de confidencialidad, de estructuras de poder- que hay que superar, la paciencia y la valentía que hay que tener, los portazos que hay que soportar, los ruegos que hay que hacer.
El director Tom McCarthy suprime toda arandela dramática innecesaria que distraiga al espectador, de ahí que siempre veamos a los cuatro periodistas de la unidad de investigación –tres hombres y una mujer- en función de su trabajo. Solo a la mujer (interpretada por Rachel McAdams) se le da algo de vida familiar, pero en los demás ese aspecto está suprimido. Como cancelado está cualquier intento de recrear –mediante flashbacks– los abusos a los que fueron sometidas las víctimas. Tampoco los eventos del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York logran desviar el foco del filme.
Es evidente que esta desdramatización –donde los culpables ni siquiera tienen rostro- juega en contra del interés que la cinta alcance a despertar en el público, que puede confundirse entre el sinfín de nombres y pequeñas pistas que van apareciendo a lo largo del relato, pero habla también de la pureza que se quiso conservar en esta narración, que se hermana en este sentido con Todos los hombres del presidente (All the President’s Men, 1976) de Alan J. Pakula, que es igual de rigurosa. Es una hermosa casualidad que Ben Bradley, el editor del Washington Post al momento del escándalo de Watergate que este último filme revela, sea el padre de Ben Bradley Jr., editor asistente del Boston Globe durante las denuncias de encubrimiento de la Arquidiócesis de Boston a los casos de pederastia de sus sacerdotes, que En primera plana nos cuenta.
Un largometraje como este no tiene un héroe, tiene un equipo que trabajó con un objetivo común, por eso se optó por planos generales, por mostrarlos en conjunto, por no privilegiar a uno solo. La actuaciones de Michael Keaton, Mark Ruffalo, Rachel McAdams y Brian D’Arcy James, como los miembros de Spotlight, y de Liev Schreiber y John Slattery como sus superiores en el periódico, muestran un equilibrio dramático que habla de la seriedad del trabajo de Tom McCarthy, de sus ganas de representar con fidelidad lo complejo de una labor periodística tan sacrificada e ingrata como es la que intenta hacer luz en medio de la oscuridad que los poderosos han impuesto.
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