Mentir para ser libre: Flee, de Jonas Poher Rasmussen

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No es inusual que un documental recree las vivencias de sus personajes: obviamente sería rarísimo que existiera un material fílmico de archivo que dé cuenta de toda la vida de sus protagonistas o de las situaciones históricas que motivaron la realización de esa película. Por eso se hacen recreaciones con fines ilustrativos y dramáticos, se echa mano de fotos, de material ajeno, de dibujos, gráficos y animaciones. Esos son recursos que habitualmente son parte del arsenal de cualquier filme de no ficción.

Flee (2021)

Lo que no es tan usual es que el realizador de un documental decida que su proyecto va a ser completamente animado, a las que añadió algunas imágenes reales de contexto sacadas de material rodado para otros fines. Al convertir a Flee (2021) en una película de animación, pero a partir de eventos, situaciones y personas reales, el director y guionista danés Jonas Poher Rasmussen pone un pie en la realidad y otro en las licencias creativas que le permite la animación, utilizada acá para proteger la identidad del protagonista de este relato, Amín, dándole un avatar que tiene su personalidad, pero no su físico, ejercicio que prolonga hacia sí mismo, pues el Rasmussen escandinavo y rubio que vemos en pantalla entrevistando y dialogando con Amín nada tiene que ver con el real. Flee quizá se convierte en una proyección de los deseos mutuos de ser alguien más desde el aspecto físico (alguien ajustado a un estereotipo, alguien que no sea diferente), pero no como un fin, sino con claros propósitos de salvaguarda que vamos a ir entendiendo a medida que vamos entrando en la historia de Amín.

Flee (2021)

Nuestro protagonista es afgano y en la actualidad vive en Dinamarca, país al que llegó como refugiado siendo adolescente. Es un profesional exitoso y tiene una pareja estable, pero Amín carga el peso de ser un sobreviviente al conflicto de su país natal en los años ochenta, cuando en esos momentos era un niño. La guerra entre el gobierno afgano –apoyado por la Unión soviética- contra la guerrilla islámica muyahidin, que contó con apoyo norteamericano, dejó cercado a Amín y a su familia, como ocurrió con miles de afganos que buscaban desesperadamente huir del país. Todos fueron víctimas. La de Amín es una historia como las de muchos compatriotas suyos cuya juventud se vio en vilo y uno diría que cualquiera de ellos podría contar un relato de desarraigo y de supervivencia entre las peores circunstancias imaginables. ¿Qué hizo que la historia de Amín fuera relevante para el director Rasmussen?

Flee (2021)

Primero, se conocieron cuando Amín llegó a Dinamarca y fueron compañeros de estudio. Segundo, había muchas “leyendas urbanas” sobre su presencia en el país construidas sobre historias inverosímiles y tragedias inenarrables, y tercero, Amín esparció una versión sobre su vida que le permitió vivir como refugiado y tratar de pasar inadvertido. Su orientación sexual nunca fue un problema para él en una sociedad como la danesa, aunque al principio luchó contra ella. No entraré en detalles adicionales que revelen aspectos argumentales clave, pero el documental resultó para él ser una catarsis, que le dio la oportunidad de enfrentarse con la realidad y darle la cara a la verdad. Sin embargo, como esas revelaciones tienen implicaciones sobre otras personas, se optó por ocultar su identidad y sublimarla mediante la animación. Su testimonio, sin embargo, es crudamente real y absolutamente válido, así nunca veamos su verdadero rostro.

Flee (2021)

Flee representó para Amín el enfrentarse consigo mismo y eso muchas veces da miedo. El documental es muy respetuoso, no lo confronta, sabe por las qué ha pasado y acepta como valederos sus mecanismos de defensa, que en últimas le permitieron seguir viviendo y poder ser libre en el país donde por fin pudo encontrar paz, pese a llevar ocultas tantas cicatrices. Al respecto el director explicaba en entrevista para The Guardian que “entiendo lo que le hace a alguien perder su hogar y no ser completamente quien es. En Afganistán, no podía ser abiertamente gay. En Dinamarca, no podía ser honesto sobre su pasado. Toda su vida, partes de él mismo tuvieron que estar escondidas. Flee es realmente la historia de un hombre que intenta encontrar un lugar donde pueda ser quien es” (1). Eso es exactamente lo que esta película tan conmovedora es: un firme punto de llegada donde es posible, por fin, mirar hacia atrás sin tanto dolor.

Cita:

1. Ryan Gilbey ,“Flee: inside the film about a Kabul boy who finds happiness, cats and a husband in Denmark”, The Guardian, 01/02/22
Disponible online en:
https://www.theguardian.com/film/2022/feb/01/flee-animation-documentary-refugee-amin-jonas-poher-rasmussen

©Todos los textos de www.tiempodecine.co son de la autoría de Juan Carlos González A. – Instagram: @tiempodecine

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