Frances Farmer, no te hemos olvidado

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El 1 de agosto de 1970 murió Frances Farmer, cuya pasión y muerte fue tan devastadora como fulgurante prometía ser su carrera al servicio de ese Dios pagano llamado Hollywood, que terminó por devorarla.

-“¿Qué hace una chica así en un lugar como este?” se pregunta Barney Glasgow (el personaje que interpreta Edward Arnold) en Come and Get It (1936) al ver cantar a una preciosa chica de un saloon del siglo XIX, llamada Lotta Morgan. El de Lotta era el papel que el director Howard Hawks le había asignado a una joven de 22 años a quien vio actuar en los copiones de una película junto a Bing Crosby llamada Rhythm of the Range.

Era rubia, alta, tenía los ojos azules y un temperamento rebelde. Se llamaba Frances Farmer y había nacido en Seattle, Washington. El de Come and Get It iba a ser su cuarto rol y el más importante de su carrera. Samuel Goldwyn la pidió prestada a la Paramount para incluirla en la adaptación que estaban haciendo de la novela de Edna Ferber publicada en 1934 y que iba a dirigir Hawks.

Frances Farmer

Frances Farmer

Hawks la adoró desde que la vio. “Siempre lucía como si estuviera brillando”, decía. La joven se dejó guiar del veterano. Debía hacer dos papeles, el de una cabaretera abandonada por Arnold, quien prefiere la seguridad económica al amor ;y el de su hija, de quien Arnold se obsesiona años después. “Pienso que ella tenía más talento que cualquiera con quien alguna vez yo trabajé”, mencionaba Hawks cuando se lo preguntaban. Y uno ve Come and Get It y entiende la admiración de Hawks: estaba él asistiendo a la eclosión de una estrella. Tras la cámara estaban dos genios trabajando juntos como directores de fotografía: Rudolph Maté y Gregg Toland, pero no necesitaban de truco alguno para hacerla ver bien. Su sonrisa, su mirada, su elegante postura… Todo en Frances Farmer parecía llevarla al éxito en Hollywood. “Frances Farmer, primero como Lotta Morgan, la cantante de cabaret, y luego como su hija, no es meramente una delicia para los ojos masculinos, sino una actriz de más mérito del usual, y hay que congratular al Sr. Goldwyn al hanerlo reconocido”, escribe Frank S. Nugent en la reseña que escribió de este filme para The New York Times el 12 de noviembre de 1936.

Sin embargo Frances Farmer también se preguntaba que hacía ahí, en medio de un lugar frío llamado Hollywood. Su promisoria carrera en la industria se detuvo debido a sus problemas con el alcohol y a su fragilidad emocional, que la llevaron a la cárcel y a diversos centros de internación siquiátrica que acabaron, ahora sí, de romper su mente y su alma.

Foto promocional de Come and Get It (1936): Farmer, Arnold, McCrea

Foto promocional de Come and Get It (1936): Farmer, Arnold, McCrea

El 1 de agosto de 1970 falleció Frances Farmer, a consecuencia de un cáncer de esófago. Solo hizo 14 películas entre 1936 y 1942 pero su leyenda es tan gigantesca como trágica. Escribe Kenneth Anger en su libro Hollywood Babilonia, publicado en 1959, que: “Su derrumbe empezó con un accidente banal: arresto por una violación de tráfico sin importancia la noche del 19 de octubre de 1942, en Santa Mónica. Fue multada por conducir sin licencia y ebria, llevando los faros apagados, en cierta zona de la carretera de la costa del Pacífico. Frances odiaba a los policías; a partir de ese momento se convirtieron en sus demonios personales. A los patrulleros que la insultaron y trataron con arrogancia, se les enfrentó con paralela hostilidad, y tras el combate verbal terminó arrastrada a la cárcel de Santa Mónica. Esa noche fue sentenciada a ciento ochenta días y puesta a prueba en libertad condicional. (Si en alguna ocasión alguien necesitó los servicios de un Jerry Geisler, esa fue Frances.) “

“No mucho después, la arrestaron en el hotel Knickerbocker de Hollywood por incomparecencia ante el oficial de guardia, al que debía haberse reportado; todo esto ocurrió en medio de un comportamiento histérico, durante el cual dislocó la mandíbula de su peluquera en el Estudio, perdió su jersey en medio de una etílica batalla en un club nocturno y, como guinda, salió corriendo topless en medio del tráfico de Sunset Strip. Los policías reavivaron su paranoia golpeando violentamente su puerta y abriéndola con una llave maestra para entrar armados y con esposas. Ella se escondió en el cuarto de baño. Los agentes forzaron la cerradura y, tras un salvaje forcejeo, la arrastraron desnuda hasta el vestíbulo del Knickerbocker. En la comisaría de Hollywood pegaron un respingo cuando la “nueva Garbo” rellenó el espacio dedicado a “Ocupación” con la palabra “mamona” [cocksucker]”.

Frances Farmer

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Continua Kenneth Anger: “En el juzgado, mientras aguardaba la sentencia, miró al enjambre de fotógrafos que la rodeaban y les escupió: “¡Ratas, ratas, ratas!” Cuando el juez le preguntó cómo había perdido su jersey en la batalla campal del club nocturno, ella negó todo conocimiento del hecho. Y, cuando Su Excelencia la interrogó acerca de su dependencia de la bebida, Frances replicó en voz alta: “Oiga usted, acostumbro a poner alcohol en mi leche. Y en mi café. Y en mi zumo de naranja. ¿Qué quiere que haga? ¿Qué me muera de hambre? Bebo todo lo que puedo conseguir, incluida la benzedrina”.”.

Nadie quiso hacer nunca nada por Frances Farmer. ¿Ya entienden por qué hay una canción de Nirvana que se llama Frances Farmer Will Have Her Revenge On Seattle?

©Todos los textos de www.tiempodecine.co son de la autoría de Juan Carlos González A.

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