Sin llegar hasta el fondo: Inmersión, de Wim Wenders

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Inmersión (Submergence, 2017) se basa en una novela homónima del inglés J.M. Ledgard publicada en 2011. Ledgard, corresponsal político y de guerra para The Economist en África, hizo en esta, su segunda novela, una reflexión sobre la endeble situación del mundo a partir de la relación romántica entre un espía inglés y una científica de las profundidades oceánicas.

A Wim Wenders le interesó convertirla en una película suya por la posibilidad de “hablar de cosas que son realmente urgentes –tanto acerca del estado del planeta y sobre nuestro extraño deseo de ir hasta las estrellas, pero no saber que hay abajo en los océanos. También está el ardiente conflicto con la yihad y el islamismo radical y como tratar con eso. Todo estaba contado de una manera que yo pensaba podía manejar. Estaba contado a través de esta historia de amor” (1), cuenta Wenders en una entrevista para Variety en septiembre de 2017.

Inmersión (Submergence, 2017)

El libro, adaptado por Erin Dignam –que ya había hecho el guion de otra historia en medio del conflicto africano, Diré tu nombre (The Last Face, 2016) de Sean Penn- le queda perfecto para las intenciones entre mesiánicas, reveladoras, expositivas y subrayadas con las que Wenders pretende aleccionarnos sobre temas bastante serios e importantes –ecología, vida microbiológica abisal, la yihad, el estado islámico y el terrorismo- mediante un relato que, curiosamente, funciona mejor como una historia de amor y pérdida que como la película didáctica que en el fondo quiere ser.

Ella se llama Danielle Flinders (Alicia Vikander) y es una “biomatemática” y él se llama James More (James McAvoy) y es un espía inglés posando de asesor y contratista de una empresa de ingeniería de aguas. Se conocen en un lujoso hotel en la costa atlántica francesa y se enamoran. Es un asunto muy apasionado pero breve: ella va rumbo a una inmersión a las profundidades abisales del mar de Groenlandia y él se supone que va para Kenia, pero en realidad tiene una misión secreta en Somalia. Pero antes de partir han tenido oportunidad de intercambiar diálogos como este, tras leer en un periódico sobre bombas en Europa puestas por los yihadistas:

-“Danny, ¿cuál crees que sea el mayor obstáculo para una solución?”, le pregunta Jim.
-“Creo que es la historia, el cómo los dejó atrás” -responde ella.
-“Pero “ellos”, somos nosotros en una forma diferente, ¿no?” –dice él.
-“Entonces, ¿cuál crees que sea el mayor obstáculo?” –le pregunta Danny.
-“Es lo más hermoso de ellos: su capacidad de creer” –concluye Jim.

Inmersión (Submergence, 2017)

De este estilo solemne es el material de Inmersión. No voy a posar acá de cínico, que eso no va conmigo, pero uno sí lamenta la artificialidad con la que están construidos muchos parlamentos del filme, como si se trataran de frases destinadas a ser inmortales. Incluso James le lee en la cama a ella el párrafo más famoso de Por quien doblan las campanas: “Ningún hombre es una isla entera por sí mismo. Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo. Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia. Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti”. El texto podría ser un buen resumen de las intenciones de Wenders acá.

Inmersión (Submergence, 2017)

Pero el resultado final es irregular. La reflexión sobre el estado islámico tiene la mirada de “un cruzado” occidental que viene a reparar las atrocidades causadas por los fundamentalistas, pero nunca se acerca a contemplar el otro lado, la compleja realidad del combatiente que lucha por Alá. La investigación submarina se queda en la anécdota del viaje a las profundidades más extremas del mar en un mini submarino (amarillo) y la recolección de unas valiosas muestras. Creo que este filme no logra en el espectador una toma de consciencia sobre los múltiples tópicos desarrollados todos de forma superficial. Sin embargo no todo está perdido. La descripción de la involuntaria pérdida de contacto entre Danny y James está descrita con toda la ansiedad, dudas y angustia que genera la desaparición del objeto del deseo, sobre todo para ella, que es la que se siente abandonada. Ahí están las preguntas irresolutas, la soledad mal disimulada, la impotencia ante el silencio del otro, el desasosiego distractor, las mil y un suposiciones… de repente ahí Wenders se antoja cercano, sensible y capaz de transmitirnos una agonía afectiva real. Lo prefiero al autor que intenta llegar al fondo de los problemas globales, pero que en realidad se queda apenas en la orilla.

Referencia:
1. Brent Lang, Wim Wenders on ‘Submergence,’ Art and Jihadism, Variety, 10 de septiembre de 2017 página web: www.variety.com
Disponible online en: http://variety.com/2017/film/markets-festivals/wim-wenders-on-submergence-art-and-jihadism-1202553060/

©Todos los textos de www.tiempodecine.co son de la autoría de Juan Carlos González A.

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