La “duda” de Fritz

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Juan Carlos González A.
Publicado en el periódico El Tiempo (Bogotá, 23/12/10). Pág. 20
Lo primero que sorprende al ver Más allá de la duda (2009), el thriller de Peter Hyams actualmente en cartelera en el país, es que en los créditos iniciales aparece -remozada- la animación del logo de la RKO, la mítica compañía productora fundada en 1928 y disuelta treinta años después.
No es un homenaje nostálgico. La RKO ‘resucitó’ en 1989 con un perfil mucho más modesto, y de un tiempo para acá se dedica a hacer remakes de sus filmes clásicos, como ya ocurrió con Mighty Joe Young (1998), Are We Done Yet? (2006) y ahora con Más allá de la duda, una pálida actualización de Beyond a Reasonable Doubt (1956), de Fritz Lang. Comercialmente, la nueva RKO tiene derecho a vampirizar las películas de su catálogo, pero es una lástima que ese tipo de cosas pasen, pues el público no sabe cuál es la fuente primaria de la cinta que está viendo y supone que es un producto original, no una copia.
Un remake tiene ese inconveniente: toma solo la cáscara de la película original, suprimiéndole el contexto (histórico, social, cinematográfico) que la rodeó. Queda la anécdota argumental, no la esencia creativa. Y eso es más doloroso cuando se trata de rehacer una película de Fritz Lang, precisamente la última de su exilio norteamericano.
Este autor emigró a los Estados Unidos, con una escala en París, luego de recibir de parte de Joseph Goebbels tanto la noticia de la censura de El testamento del Dr. Mabuse (1933), como la oferta de convertirse en el cineasta oficial del régimen nacionalsocialista (historia donde hay más de mito que de realidad). La MGM le dio la oportunidad de debutar en 1936 con Fury, y durante los siguientes veinte años se convirtió en agudo crítico del sistema de justicia de la nación que lo adoptó: la doble moral, la ambigüedad de la interpretación de la ley, el concepto de culpa, la posibilidad de ser acusado falsamente o de cometer un delito y quedar impune fueron temas que lo apasionaron; construyó un universo fatalista, donde sus personajes deben luchar contra un destino que parece inexorable.
Títulos como Solo se vive una vez, El regreso de Frank James o While the City Sleeps hacen parte de una filmografía de un fuerte componente social, donde Beyond a Reasonable Doubt constituye un experimento brillante de inversión de los roles de culpa e inocencia. En tan solo 80 minutos, Lang desnuda las grietas del sistema penal acusatorio en una fábula llena de ironía y pesimismo, que la nueva versión -que el tiempo olvidará- desdibuja y tergiversa.
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