Lo vieron venir: La gran apuesta, de Adam McKay
Intentemos explicar el drama que subyace a La gran apuesta (The Big Short, 2015) con un ejemplo ficticio: unos hombres descubren un meteorito que se aproxima a la tierra y que colisionará con ella en aproximadamente dos años, impactando directamente sobre Nueva York. Verifican si las agencias espaciales se han dado cuenta del fenómeno, pero para su sorpresa nadie parece estar enterado de su presencia. ¿Qué creen ustedes que deciden hacer ellos?
A. Dar inmediato aviso a las autoridades gubernamentales buscando evitar o minimizar la catástrofe.
B. Asegurar sus propiedades neoyorquinas contra “destrucción causada por objeto extraterrestre”. La prima que deben pagar es alta, pero si llegase a ocurrir el siniestro –lo cual es muy improbable según las compañías de seguros- recibirán una gigantesca compensación. Ah, y también se aseguraron de la concesión para vender las entradas para ver el show en directo desde prudente distancia.
La gran apuesta (The Big Short, 2015)
Ya ustedes adivinaron que decidieron tomar la opción B. Sin embargo no fue un meteorito lo que cayó, fue la burbuja inmobiliaria la que estalló entre 2007 y 2008 e hizo colapsar el mercado bursátil norteamericano con los consecuentes coletazos en la economía mundial. Ese tema ya había sido abordado previamente por un documental, Inside Job (2010), que ganó el premio Oscar en su categoría, pero le faltaba un ángulo, el de aquellos que fueron capaces de predecir lo que iba a ocurrir y sacaron provecho de eso. Tal situación fue documentada por un libro llamado The Big Short: Inside the Doomsday Machine, publicado por Michael Lewis en 2010 y que es la base del guion de La gran apuesta, escrito por Charles Randolph y el propio director de la película, Adam McKay.
Los lectores del libro y los espectadores del filme entenderán que esta no es una historia de abnegados economistas y generosos financistas, sino de seres inteligentes y bastante codiciosos que vieron lo que nadie –bancos, fondos privados de inversión, agencias regulatorias, compañías calificadoras de riesgo- vio o prefirió no ver: que les iba a estallar en la cara una bomba que colapsaría la economía, dejando a miles de personas sin hogar y en la ruina. La tarea que deja la película es el entender a qué se debió la ceguera de aquellos que debían vigilar que un desastre de esta magnitud no fuera a ocurrir. ¿Por qué nadie vio las señales de alarma? ¿Por qué no hubo una intervención a tiempo? ¿Cuántos otros se lucraron de tal desastre?
La gran apuesta (The Big Short, 2015)
Un largometraje con este tema, que implica hacernos comprender que es un credit default swap (CDS), como se forman los collateralized debt obligations (CDOs) y cuál es el peligro latente de los bespoke opportunity tranches, tiene el enorme reto de ser didáctica y La gran apuesta se esfuerza en hacerlo, incluyendo cameos de las actrices Margot Robbie y Selena Gomez, del chef Anthony Bourdain y del economista Richard Thaler, que con ejemplos sencillos tratan de dar un poco de luz sobre el asunto. Además el filme está narrado por uno de los personajes, de manera permanente aparecen textos definiendo las confusas siglas, tiene un tono desenfadado y cuenta con un reparto coral (Christian Bale, Ryan Gosling, Steve Carell y Brad Pitt) que da confianza y nos permite tener varios puntos de vista de lo ocurrido. Pese a eso es una cinta exigente, que demanda un espectador atento, informado e interesado en estos tópicos. Simplificar el tema aún más hubiera implicado presentar un panorama parcial o demasiado superficial, restándole un impacto dramático que era necesario para que captáramos lo grave de lo sucedido.
La gran apuesta se antoja un buen complemento, desde la ficción basada en hechos reales, a Inside Job, ofreciéndonos unas piezas adicionales a un rompecabezas que, estamos seguros, sigue incompleto.
