Lo que no está en los libros: Enseñanza de vida, de Lone Scherfig

marzo 5, 2010

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El nombre del novelista inglés Nick Hornby está de inmediato asociado al cine por las adaptaciones hechas de sus novelas, tales como Fever Pitch, About a Boy y Alta fidelidad, pero sin embargo su trayectoria como guionista es escasa. Enseñanza de vida (An Education, 2009), basado en las memorias de la periodista británica Lynn Barber, es apenas su segundo guion, pero sin duda lleva la impronta de su experiencia como escritor.

Eso es evidente en el retrato tridimensional que hace de Jenny, la protagonista de este filme. Estamos en Londres en 1961 y Jenny tiene 16 años, asiste a la secundaria y aspira a ingresar a Oxford. Es una joven académicamente brillante, inquieta intelectualmente y que tiene a Francia como el paradigma de las ideas, la libertad, el cine y la música. De repente, un atajo irrumpe en su vida. Uno que le puede permitir alcanzar sus sueños y vivir la vida a la que siempre apuntó sin tener que hacer el pesado tránsito universitario y padecer luego la incertidumbre laboral. El lujo y el placer la tientan, y Jenny se deja conquistar.

Enseñanza de vida (An Education, 2009)

Los años 60 apenas empiezan y el rol de la mujer en la sociedad todavía tiene fronteras que conquistar y libertades que reclamar. Jenny simplemente quiere que la dejen disfrutar su juventud, su inteligencia y su belleza, así sus valores -y los de sus padres- se vean repentinamente trastocados por un hombre que es, ante todo, un “encantador de serpientes”, capaz de hacer que una familia conservadora empiece a pensar, como por arte de magia, que es relativo todo lo que hasta el momento le ha inculcado a su hija.

La joven actriz inglesa Carey Mulligan da vida a Jenny con una interpretación excepcional. Es ella quien marca la diferencia en una película llena de buenas actuaciones, pues logra transmitirnos con claridad las contradicciones propias de una adolescente embriagada de deseo y con sed de vida, y que descubre un día que la perspectiva que su educación escolar le ofrece no es suficiente para sus expectativas. Es curioso: ella no se trata exactamente de una víctima, sino de alguien que aceptó conscientemente -y a pesar de los muchos riesgos- hacer parte de un juego peligroso, pero absolutamente fascinante, que desde su óptica le está dando una educación afectiva y social que no está en los libros y que la directora danesa Lone Scherfig supo mostrarnos con sensibilidad y cariño por su protagonista.

Sin embargo, Enseñanza de vida es el camino de regreso que Jenny emprende a los cauces convencionales que la sociedad le impone, luego de aprender una lección que, sin duda, nunca se experimenta en cabeza ajena.