Con la historia de su lado: Mangrove, de Steve McQueen
So if you are the big tree,
We are the small axe
Ready to cut you down, (well sharp)
To cut you down
-Bob Marley & The Wailers, Small Axe
La colección de cinco filmes realizados para la BBC por el director británico Steve McQueen se llama “Small Axe”, en homenaje a la canción de Bob Marley lanzada en 1973, y quiere ilustrarnos sobre la experiencia de vida de los ingleses de raza negra entre los años sesenta y los ochenta del siglo XX. No es exactamente una serie de televisión al uso, pues cada filme es independiente en su temática, pero los une una vivencia común de iniquidad que McQueen quería exponer a un público amplio. “Simplemente sentí que, en términos de drama televisivo, todavía estamos desaparecidos. Estamos ausentes de la conversación. Estamos ausentes de la narrativa. Y para mí eso es extraño. No verte a ti mismo, ni a ningún aspecto de la vida cotidiana que refleje tus experiencias de crecer en Gran Bretaña, eso es simplemente extraño” (1), expresaba en una entrevista para el periódico The Guardian.
Mangrove es el primero de los largometrajes, exhibido originalmente en el Festival de Cine de Nueva York, y que fue estrenado por la BBC en la televisión británica el 15 de noviembre de 2020. Cinco días después fue presentada en Amazon Prime en su plataforma de streaming. La película narra el episodio real del juicio en 1971 a los “Mangrove 9”, un grupo de activistas negros acusados de amotinamiento y ataque a la policía de Londres. Estas personas –inmigrantes originarios de Trinidad y Tobago- se reunían en un restaurante de Notting Hill, llamado Mangrove, regentado por uno de ellos, Frank Crichlow (Shaun Parkes). En la escena inicial –ambientada en 1968- lo vemos caminando por la calle dirigiéndose hacia el local para la noche de apertura, mientras una voz en off nos trae las palabras de C.L. R. James (1901-1989), un escritor y pensador marxista trinitense, que funcionan como prólogo y declaración de principios del filme: “Estos son hombres nuevos, nuevos tipos de seres humanos. Es en ellos en los que van a encontrarse todas las virtudes tradicionales de la nación inglesa, no en decadencia como en la sociedad oficial, sino en plena floración porque estos hombres tienen perspectiva. Nótese particularmente que ellos se glorifican en la lucha. Ellos no son personas desmoralizadas o derrotadas o desesperadas Ellos son líderes, pero están enraizados profundamente con aquellos a los que lideran”. En eso va a convertiste Frank Crichlow sin pretenderlo, en un líder comunitario, en un hombre que al abrir un restaurante para los de su raza terminó convocándolos y uniéndolos en un propósito común que los hacía sentirse orgullosos.
Aunque la película también nos trae la voz, el acento nativo y los testimonios de personas con una convicción política mayor que la de Frank, como los esposos Darcus Howe y Barbara Beese (interpretados por Malachi Kirby y Rochenda Sandall) o la activista de las Panteras Negras, Altheia Jones (Letitia Wright), la película se centra en Frank y en su lucha perpetua por mantener su local abierto pese al acoso constante de la policía.
Mangrove se divide en dos partes, la primera de las cuales es el ataque continuo y con sevicia que la policía hace del restaurante, con motivos o sin ellos, como una manera de desmoralizar a Frank y a los comensales. Frank es un hombre sometido a todo tipo de vejámenes, pero que jamás baja la cabeza, conocedor de sus derechos como ciudadano británico. McQueen sabe cómo mostrarnos la violencia, ya su cine previo nos lo ha demostrado, pero acá nos trae además el miedo, la sensación de enfrentarse a un enemigo más numeroso, mejor armado y que no tiene contemplación alguna. Este segmento termina con una marcha hacia la estación de policía de Notting Hill que degenera en unos disturbios que, más que gráficos, lo que expresan es el miedo muy humano a ser golpeado, abusado, detenido. Vivenciamos junto a los manifestantes el temor ante una reacción policial brutal, desproporcionada y aleatoria que está movida por el prejuicio racial.
La segunda parte es el juicio en el estrado de Old Bailey y Mangrove se convierte en un courtroom drama con todo lo que eso implica: las intervenciones agudas de los abogados, el testimonio contradictorio de los acusados y los testigos, el juez que trata de poner orden, el jurado (que contaba con dos miembros negros) que mira atento. Pero en este juicio hubo un ingrediente que no voy a revelar y que hizo que Darcus Howe y Altheia Jones tuvieran una participación mucho más activa en el desarrollo de un proceso que tomó once meses. La tensión que se logra en esta larga secuencia es digna de admirar, lo que no oculta cierto tono hagiográfico y aleccionador. “Lo que realmente me sorprendió es que este juicio, que es un hito en términos de que los negros tengan su propia voz y sean escuchados, no se conoce realmente en este país. Nunca se le ha prestado la atención que merecía” (2), expresaba McQueen en la misma entrevista mencionada.
Mangrove es cine político, así Steve McQueen no se considere a sí mismo como un cineasta político. Hunger (2008) lo fue, Doce años de esclavitud (12 Years a Slave, 2013) lo fue también. No hay que agitar banderas ni ser explícitamente radical, es simplemente tener una postura frente a la injusticia y frente a las leyes establecidas por otros y que se dan por sentadas, como si no fuera posible criticarlas. Y eso es lo que ha hecho Steve McQueen con este filme, que inaugura “Small Axe” con una historia que, desde el pasado, nos habla de una dignidad tan imbatible como imperecedera.
Referencias:
1. Sean O’Hagan, “Steve McQueen: ‘Black people are weirdly missing from the narrative’”, página web: www.theguardian.com, publicada el 15/11/20
Disponible online en:
https://www.theguardian.com/tv-and-radio/2020/nov/15/steve-mcqueen-black-people-are-weirdly-missing-from-the-narrative-small-axe-mangrove-viola-davis-idris-elba-bernardine-evaristo
2. Ibid
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