Miradas engañosas: Big Eyes – Retratos de una mentira, de Tim Burton
“Enfrentémoslo. Nadie podía pintar ojos como El Greco y nadie puede pintar ojos como Walter Keane”, le dijo el propio Keane a Jane Howard en un extenso reportaje para la revista Life en agosto de 1965, a propósito de su éxito como pintor y de los múltiples imitadores de su estilo. El artista se dedicaba a pintar niños de aspecto indefenso y de ojos desproporcionadamente grandes, dándoles un semblante lastimero y conmovedor que hizo de estas pinturas un fenómeno popular de ventas, mientras la crítica se negaba a darles mérito alguno.
Unas líneas más abajo el mismo texto de Life, haciendo mención a la esposa del artista, afirma que “Margaret, es verdad, pinta ojos parecidos a aquellos por los que su marido es famoso. Pero los suyos no son tan grandes y pertenecen invariablemente a chicas núbiles, así como los de él pertenecen a lo que parecen ser niños desamparados por la guerra”. Engañada estaba la reportera de esa revista, como engañados estuvieron todos los compradores de las pinturas de este matrimonio.
La curiosa anécdota de lo sucedido es el material con el que Tim Burton hace su película Big Eyes (2014), que contó con guión de Scott Alexander y Larry Karaszewski, que previamente habían hecho el de Ed Wood (1994) para este mismo director. Por eso no es casual que ambos títulos sean de corte biográfico, se inspiren en personajes reales y cuenten una historia menos retorcida que lo que Burton habitualmente suele narrar.
Los admiradores de su cine tienen que haber notado que Big Eyes carece de muchos de los elementos estilísticos de la filmografía de este director, pero eso no le quita méritos a la hora de recomendarla y disfrutarla. Burton siente gran simpatía y admiración por Margaret Keane y eso se nota en el respeto con el que delineó al personaje. Además es una mujer octogenaria que aún vive y quizá por eso optó por una historia lineal -de subyugación conyugal y liberación existencial- en la onda entrañable de Big Fish (2003) y no contagiada de la malévola atmósfera de Sweeney Todd (2007).
Al terminar una proyección de Big Eyes en Nueva York a la que Margaret Keane asistió, ella bromeó sobre Tim Burton y la película diciendo que “En realidad yo fui quien la dirigió y él está tomando todo el crédito”. A ella parece que suelen pasarle esas cosas.
Publicado en la columna “Séptimo arte” del periódico El Tiempo (Bogotá, 15/03/15). Pág. 6, sección “Debes hacer”.
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