Elogio de la extrema dificultad: Misión: Imposible – Sentencia mortal – Parte uno, de Christopher McQuarrie

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El pavoroso salto desde un risco austriaco que Ethan Hunt (Tom Cruise y/o uno de sus stunt men) hace con una motocicleta en Misión: Imposible – Sentencia mortal – Parte uno (Mission: Impossible – Dead Reckoning Part One, 2023) no es exactamente al vacío, es un salto de fe inspirado en las posibilidades del cine como gran espectáculo y en las posibilidades del esfuerzo humano más allá de los límites racionales. Obviamente no es la primera vez que Tom Cruise hace un acto de enorme (e improbable) riesgo en una de las películas de Misión: imposible –el catálogo de retos ha sido enorme- pero quizá sí sea la primera vez en que la serie nos hace tan conscientes de que todavía es posible que haya una persona que haga en realidad semejante proeza física y que no se recurrió a una imagen generada por computador (CGI) como habitualmente se hace ya en el cine.

Misión: Imposible – Sentencia mortal – Parte uno (Mission: Impossible – Dead Reckoning Part One, 2023)

Obviamente que estas películas han utilizado las CGI, pero es sabido que Tom Cruise sigue haciendo las acrobacias que son su marca personal y que dado que no cuenta con súper poderes, aunque parezca que el personaje de Ethan Hunt cuenta con huesos de acero inoxidable y con piel que se auto regenera en minutos luego de cualquier escoriación, pues caben dentro de las habilidades humanas, aunque fuera prudente no intentarlas en casa. Sin embargo, pese a semejantes escaladas, inmersiones, peleas con armas de fuego, golpes, descolgadas, caídas de altura, cuasi ahogamientos y escapes de último segundo, lo que Tom Cruise más hace en estas películas es el acto defensivo más común del ser humano: correr. Correr para defenderse, correr para huir, correr para atrapar su presa. Lo suyo es una carrera constante, a veces tachonada de obstáculos físicos y geográficos, pero siempre hacia adelante, hacia una meta a la que es imposible llegar porque siempre está más allá, porque nunca hay un final, aunque él no lo sepa.

Misión: Imposible – Sentencia mortal – Parte uno (Mission: Impossible – Dead Reckoning Part One, 2023)

Hace alrededor de un siglo Buster Keaton empezó a hacer algo que, guardadas las proporciones del desarrollo del cine y del trucaje visual de la época, se antojaba igual a lo que Tom Cruise hace en sus películas. El riesgo y, sobre todo, la manera de asumirlo, era su forma de hacernos reír desde la inquietud que producían trucos inverosímiles en su complejidad y precisión. Keaton enfrentaba todo con un estoicismo admirable, como si todo lo que ocurriera no fuera con él, sino con alguien más, alguien ajeno. Viendo el peligro como algo externo a él pareciera conjurarlo dentro de la pantalla, aunque fuera de ella se diera los golpes más brutales, fractura cervical incluida. Tom Cruise hace –gracias al desarrollo tecnológico del cine y de la realidad- secuencias de acción mucho más elaboradas y riesgosas, pero con el mismo impacto sobre el espectador contemporáneo. Cuando Keaton en Our Hospitality rescata a una mujer para evitar que caiga desde una catarata arrojándose él hacia ella amarrado a un tronco, el público de 1923 sentía el mismo impacto que el del espectador del siglo XXI al ver a Tom Cruise y a Hayley Atwell luchando contra la gravedad para no caer al vacío desde un vagón de tren en la primera parte de Misión: imposible – Sentencia mortal.

Misión: Imposible – Sentencia mortal – Parte uno (Mission: Impossible – Dead Reckoning Part One, 2023)

Hunt no ve como algo externo a el las cosas que le pasan y que hace, para él se antoja todo como una suerte de penitencia que debe cumplir, una deuda impagable con su pasado y con todos aquellos que han muerto, que se han sacrificado por él, sobre todo mujeres que han sido parte de una vida condenada a ser la de un fantasma sin identidad, sin relaciones afectivas, sin un hogar. Quien se vincula a la Impossible Missions Force (IMF) sabe que esas son las condiciones, pero las aceptan buscando redimirse de sí mismos. A partir de ahí viven en la sombra, esperando que los contacten y les digan que misión “deciden aceptar”. La clandestinidad los obliga a ser pocos. En la serie de televisión había un jefe (interpretado por Peter Graves) que los convocaba tras recibir la misión y casi siempre escogía a los mismos: Martin Landau, Barbara Bain, Peter Lupus y Greg Morris, pero en el seriado fílmico es el propio agente Ethan Hunt quien recibe el encargo y junto a él están solo Luther (Ving Rhames) y Benji (Simon Pegg), apoyándolo desde los sistemas de información y los gadgets tecnológicos. Algunos van y vienen, otros solo están cumpliendo un objetivo puntual, pero en últimas solo ellos tres se encargan de toda la situación.

Misión: Imposible – Sentencia mortal – Parte uno (Mission: Impossible – Dead Reckoning Part One, 2023)

Desde que Christopher McQuarrie asumió la dirección y el rol de coguionista en Misión imposible: Nación secreta (Mission: Impossible – Rogue Nation, 2015) e introdujo al personaje de la agente del MI6 Ilsa Faust (Rebecca Fergusson) las películas empezaron a tener continuidad y una madurez temática que le ha hecho mucho bien. No se trata de gravedad (el humor siempre es y será bienvenido), se trata de peso. Y eso incluye ser fiel al credo de la IMF: no ser un ejército de asalto, sino ser capaz de burlar al enemigo mediante la suplantación, el engaño, el truco. Las armas reemplazadas por el ingenio humano. Por eso las máscaras, el agente doble, el infiltrado, la trama sofisticada a la hora de robar, cambiar, hacer creer al otro lo que quiere ver. Son anticuados: corren, se disfrazan, ilusionan, te engañan, desarman una bomba a punta de adivinanzas. El esfuerzo por encima de la fuerza bruta.

Misión: Imposible – Sentencia mortal – Parte uno (Mission: Impossible – Dead Reckoning Part One, 2023)

Christopher McQuarrie tiene un referente para Misión: Imposible: sentencia Mortal – Parte Uno. Se trata del director cuyo cine siempre estuvo en movimiento: Alfred Hitchcock. Ethan Hunt y Grace (Hayley Atwell) huyendo esposados como en Los 39 escalones (The 39 Steps, 1935), Hunt corriendo como Cary Grant en North by Northwest (1959); una llave como disculpa dramática tal como en Notorious (1946), y por supuesto un tren para la escena del clímax como en The Lady Vanishes (1938), Extraños en un tren (Strangers on a Train, 1951) y de nuevo North by Northwest. Fue el propio Hitchccok el que afirmó que “el cine es la vida sin las partes aburridas” y Misión: imposible lo demostró: acá solo hay emoción pura, algo absolutamente cinematográfico.

Misión: Imposible – Sentencia mortal – Parte uno (Mission: Impossible – Dead Reckoning Part One, 2023)

En el primer párrafo de este texto menciono al cine como un gran espectáculo. Es posible que en un futuro próximo las salas de cine queden reservadas para este tipo de filmes y que todo lo demás se consuma en streaming desde algún dispositivo personal. Pero películas como esta fueron hechas para ser vistas y escuchadas en una enorme sala de cine con óptima proyección y con un excepcional sonido. Quizá la misión más difícil de Ethan Hunt sea a la vez la más loable: hacer que no dejemos de ir a cine, que todavía nos emocionemos colectivamente en una sala oscura, mientras allá arriba, delante de nuestros ojos, contemplamos el elogio de la extrema dificultad.

©Todos los textos de www.tiempodecine.co son de la autoría de Juan Carlos González A. – Instagram: @tiempodecine

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