Pretéritos olvidables: Recuerdos secretos, de Atom Egoyan
El director canadiense Atom Egoyan ya no es el que solía ser. Quien sorprendiera a las audiencias de los años noventa con filmes tan interesantes como Exotica (1994) o El dulce porvenir (The Sweet Hereafter, 1997), ha devenido en un autor complaciente, adaptado por completo a las exigencias de la industria y haciendo un cine que –pegado al thriller como género– deja más decepciones que buenos encuentros. Condenados (Devil’s Knot, 2013) y Cautiva (The Captive, 2014) son ejemplos de este nuevo y conformista Egoyan, que creo que desde Ararat (2002) no hace un filme retador.
Recuerdos secretos (Remember, 2015), que compitió en la selección oficial del Festival de Cine de Venecia, sigue esa misma línea y no hay una motivación grande para verla, más allá de presenciar el desempeño de dos grandes veteranos como Christopher Plummer y Martin Landau. La película surge a partir de un guion original de Benjamin August, un productor, actor y director de casting que es un novato en esta área pero, pese a eso, su relato tiene destellos momentáneos de genuino talento.
Martin Landau y Christopher Plummer en Recuerdos secretos (2015)
No es que Recuerdos secretos sea una obra memorable, pero posee un elemento narrativo que tiene que ver con la memoria –y su ausencia- que está bien manejado, a la manera de Memento (2000), sin ser tan extrema e inteligente en su propuesta. La cinta de Egoyan nos cuenta de Zev Guttman (Plummer), un sobreviviente de Auschwitz recientemente viudo y que vive en un hogar para el adulto mayor. Tiene signos de demencia senil con afectación de su memoria, por lo menos la de corto plazo, que es la que podemos atestiguar. Ahí donde vive conoce a otro sobreviviente del campo de concentración, Max Rosenbaum (Landau), que ayudaba a Simon Wiesenthal a identificar y capturar nazis encubiertos. Max ahora sufre una enfermedad pulmonar restrictiva y le pide a Zev ayudarlo a encontrar al nazi que fue responsable de la muerte de las familias de ambos y que se esconde bajo el nombre de Rudy Kurlander.
Recuerdos secretos (2015)
Lo que sigue es una road movie poco plausible en la que un anciano con demencia senil y lagunas en su memoria debe buscar a un hombre cuyo rostro debe recordar tras casi setenta años. Lo más interesante es que Zev, al despertarse cada día tras haberse quedado dormido, siempre olvida el plan que debe seguir y que está escrito en unas instrucciones que Max le dejó anotadas. La fragilidad de Zev lo convierte en un improbable vengador, en medio de unas circunstancias adversas que él sobrelleva con el desconcierto propio del que no es dueño absoluto de sus cabales.
En medio de algunos aguijones a la laxitud de las normas migratorias y al escaso control a la posesión de armas en Estados Unidos, Recuerdos secretos nos lleva a un final con un giro sorpresa que no es posible relatar, pero que nos dice que a veces nuestro pasado no es como ocurrió, sino como nos encargamos de recordarlo.
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