La rueda que gira lentamente: Red, White and Blue, de Steve McQueen

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Al concluir los créditos finales de Red, White and Blue (2020) hay una foto en blanco y negro sin explicación adicional alguna. Es un adolescente de raza negra, vestido con ropa clara al lado de una bicicleta que sostiene con su mano izquierda. Su mano derecha está en su cintura: el joven está posando para el fotógrafo. Pero lo más llamativo de la imagen es la bandera del Reino Unido que la bicicleta lleva como un estandarte, colgada de un asta metálica del lado derecho del manubrio. Ese chico porta con orgullo la “Union Jack”, la de los colores rojo, blanco y azul que dan título a este filme, el tercero de la antología “Small Axe”.

©Vanley Burke, 1970

¿Quién es o quien fue ese muchacho? ¿Acaso es el auténtico Leroy Logan, el protagonista de este relato? ¿Es el director Steve McQueen en su adolescencia? No. El chico de esa fotografía se llama Winford Fagan y la foto fue tomada en 1970 por Vanley Burke en el parque Handsworth, en Birmingham. En una entrevista realizada por The Guardian en 2015, Fagan recuerda que “Tuve esa bandera mientras tuve la bicicleta. Una Union Jack era algo que uno tendría en ese entonces, no solo por el banderín. La gente me preguntaba: « ¿Por qué no una bandera de Jamaica?» pero yo no sabía nada de Jamaica. Yo nací aquí. Mis padres vinieron aquí hace 50 o 60 años; Yo fui una de las primeras generaciones”. Para añadir después que, “En ese momento, había mucho odio racial y violencia de pandillas. Recuerdo haber sido perseguido por skinheads, la mayoría de ellos mucho mayores que yo, pero algunos de mi edad. (…) Fue aterrador. No fueron solo los skinheads los que nos insultaron: fueron los ingleses en general. Ellos nos veían estar en su país como si fuéramos una invasión” (1).

Red, White and Blue (2020)

¿Quería adrede Steve McQueen que nosotros supiéramos de ese testimonio? ¿Quería que una persona real nos contara lo que es crecer y vivir con miedo? ¿Qué nos dijera lo que es sentirse excluido en el mismo país donde uno nació? Esa fotografía es un símbolo de pertenencia, de patria, incluso de resistencia. Ondeando esa bandera en su bicicleta, Winford Fagan le decía a todos los que lo veían que estaba orgulloso de su país y que esperaba que esa nación lo protegiera. En esa actitud idealista ese chico se hermana con Leroy Logan, el protagonista de Red, White and Blue: ambos comparten la misma fe.

Red, White and Blue (2020)

Logan también es un personaje real y el filme es una dramatización de su vida. Nacido en 1957 en Londres, de padres jamaiquinos, recibió una educación privilegiada y logró un título universitario en ciencias. El filme tiene un prólogo breve en su infancia donde, como escolar, recibe acoso policial simplemente por su raza. De ahí pasamos a 1983 a verlo convertido en un científico forense y en un atleta. Es un joven exitoso (interpretado por John Boyega), con una pareja de la que espera un hijo. Es hora de hacer referencia a Kenneth, su padre. Ese hombre en la película representa el orgullo racial, pero también la desconfianza y el temor que la policía ha sembrado firmemente en él y sus congéneres por sus constantes excesos de autoridad y de fuerza. Él y su esposa son una pareja de inmigrantes antillanos y pese a vivir durante décadas en Inglaterra y de haber tenido ahí a sus hijos, nunca se han sentido cómodos. Kenneth (al que da vida Steve Toussaint) sabe lo que es vivir bajo amenaza: el miedo nunca lo abandona.

Red, White and Blue (2020)

Ese padre va a recibir de su hijo una noticia que suena a traición y que es la que dio origen a este filme: Leroy decide unirse a la fuerza policial inglesa. ¿Su propósito? servir de puente entre su gente y la policía, evitar los abusos a su raza, cambiar la policía desde adentro para generar confianza entre la comunidad. Si les suena ingenuo y romántico es porque así es. Fue el mejor cadete, pero ustedes se imaginan –con razón- que sus cualificaciones poco importaban a la hora de enfrentar la indolencia y la discriminación que sentía dentro de la misma policía de la que ahora hacía parte. Esa es la lección que el idealista Leroy iba a aprender y que Steve McQueen nos muestra no solo con brío, sino además con inocultable desilusión: la de quien hace caer en la cuenta a otro de lo implausible de sus deseos, de lo imposible de los propósitos. Leroy tiene rabia y estalla ante la injusticia laboral que vive, pero lo hace para terminar dándose de golpes contra esa pared enorme que representan años de supremacía blanca dentro de un cuerpo policial que no está acostumbrado a tolerar minorías entre sus filas. A su padre va a pasarle algo similar cuando intenta pedir justicia ante los estrados británicos por un abuso del que fue objeto.

Red, White and Blue (2020)

Red, White and Blue no es Hollywood. No esperen acá el cambio cultural inmediato, la acogida de héroe entre la comunidad de inmigrantes y la imposición del imperio de la ley. Esperen acá la aceptación de las limitaciones personales y el reconocimiento de que la lucha por la equidad es larga y difícil. Steve McQueen ama a sus personajes y eso implica darles credibilidad: Leroy tiene dudas, flaquea, es despreciado por sus compañeros de la policía y vilipendiado por sus semejantes: es un hombre que creía tener a la mano una solución mágica a la eterna disputa entre la policía y los de su raza. Pero las cosas no eran tan sencillas. Ese personaje evolucionó a lo largo de la película, así como Kenneth, su padre, cansado de exigir justicia. McQueen es muy consecuente como autor: observen el respeto y la distancia, por ejemplo, que demuestra en la escena en que Leroy y su padre se despiden en la entrada a la academia policial. No hay excesos dramáticos que lamentar, no hay palabras privadas que tengamos que escuchar.

Red, White and Blue (2020)

Y cuando hemos de escucharlas es porque son absolutamente significativas. En una conversación final, ese padre le dice a su hijo: -“¿Sabes que encontré? El mundo solo se mueve hacia adelante. Siempre es así. Un gran cambio. Esa es una rueda que gira lentamente”. Kenneth interiorizó esas palabras y Leroy lo escuchó. Red, White and Blue va hasta ahí, pero nos invita a saber qué fue de Leroy Logan, hasta dónde pudo hacer con su propósito inicial. ¿Se animan a averiguarlo por ustedes mismo? Vale la pena.

Referencias:
1. Entrevista de Erica Buist, “Winford Fagan in Handsworth, Birmingham, 1970”, The Guardian, 11/09/15
Disponible online en:
https://www.theguardian.com/artanddesign/2015/sep/11/winford-fagan-handsworth-photograp-vanley-burke

©Todos los textos de www.tiempodecine.co son de la autoría de Juan Carlos González A.

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