Misión cumplida: Reencuentro, de Richard Linklater

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Hay que escarbar en la memoria cinéfila para recordar al trío de personajes de Reencuentro (Last Flag Flying, 2017) y aunque la película da las pistas suficientes, me parece conveniente contextualizar al lector. En 1970 Darryl Ponicsan publicó la novela The Last Detail, que fue llevada al cine por Hal Ashby, convertida en la película El último deber (The Last Detail, 1973),con guion de Robert Towne y los papeles protagónicos de Jack Nicholson, Otis Young y Randy Quaid. Era la historia de dos marineros, “Bad-Ass” Buddusky y “Mule” Mulhall, que deben escoltar a Meadows, un joven recluta de la Marina, desde Norfolk hasta la prisión militar de Portsmouth, New Hampshire, donde pagará una condena de ocho años por robo. El último deber fue nominada a tres premios Oscar y hace parte de la filmografia del “nuevo Hollywood”

Ponicsan escribió una secuela a The Last Detail, que fue publicada en 2005 con el titulo de Last Flag Flying, donde retoma la vida de los tres personajes treinta y cuatro años después de su primer encuentro. Esta es la novela que Richard Linklater convirtió en Reencuentro, con guion del propio Ponicsan. Sin embargo, queriendo quitarle connotaciones de secuela de El último deber, ninguno de los tres personajes conserva su nombre original: Buddusky es ahora Sal Nealon, Mulhall se llama acá Mueller y Meadows se convierte en “Doc” Shepherd. No se contó con los actores originales –Otis Young murió en 2001- y se cambió el motivo original de la encarcelación del entonces recluta y su papel dentro de las fuerzas armadas: ahora todos son Marines que lucharon en Vietnam. Permanecen la personalidad de los protagonistas, el aura de camaradería masculina, el viaje geográfico como disculpa para reunirlos, y esa sensación, incómoda, de quizá estar haciendo algo en contra de los propios principios.

Reencuentro (Last Flag Flying, 2017)

Una vez soltado lastres con la película de Hal Ashby, Reencuentro vuela sola, si necesidad de comparaciones. El año es 2003 y el momento preciso es cuando fue capturado Sadam Husein. Sheperd (Steve Carell), quien estuviera preso, busca a sus dos escoltas, con quien no ha tenido contacto alguno durante décadas para pedirles que lo acompañen de nuevo ahora por un motivo luctuoso. El extrovertido y malhablado Sal (Bryan Cranston) tiene un bar y Richard Mueller (Laurence Fishburne) es ahora un pastor protestante; ambos se sorprenden con la aparición de Sheperd y aunque su pedido les suena extraño, tienen motivos en su conciencia que los llevan a acompañarlo.

Aunque en el planteamiento inicial Reencuentro juegue con las convenciones de la “buddy movie”, gracias a sus personajes de personalidad diametralmente opuesta y lo que resulta en términos cómicos y dramáticos de dicho contraste, la verdad es que el filme va mucho más allá de esas convenciones y limitaciones de género, para trascender y ofrecernos un retrato generacional defraudado y decepcionado de unos hombres que fueron protagonistas de la guerra de Vietnam y que ahora sufren las consecuencia de la guerra en Irak, con todo lo que eso implica en términos de cicatrices del pasado, culpas irresolutas, cumplimiento ciego del deber, honor y versiones oficiales de la “verdad”.

Reencuentro (Last Flag Flying, 2017)

Reencuentro sirve como una reflexión sobre lo que implica la verdad y la mentira. Sheperd, Sal y Mueller han cargado con una mentira del pasado, una que han intentado sepultar para seguir adelante con sus existencias, pero ahora no toleran una mentira gubernamental que intenta dejar en paz a un padre y enterrar con honores a un soldado que murió cumpliendo su deber. Entenderán más adelante que a veces hay que sostener una mentira para no hacerle daño a quien se aferra a esa falacia como único motivo para seguir viviendo. En la descripción de esas contradicciones de los personajes, Reencuentro logra una mirada honesta desde la perspectiva de unos estadounidenses que lo dieron todo por una patria en la que creen y que ahora ven desilusionados como ese mismo país parece no haber aprendido de las víctimas y el dolor que han causado, cegado por el afán de ser siempre la policía del mundo.

Reencuentro (Last Flag Flying, 2017)

La película no condesciende a transformar súbitamente a los personajes: si hay un cambio reside en cada uno. Al final del día les queda el consuelo de haber cumplido la misión que se les encomendó. La ultima. Sheperd queda con una carta y una bandera en sus manos. Ojalá también con algo de paz interior.

©Todos los textos de www.tiempodecine.co son de la autoría de Juan Carlos González A.

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