Te dije que no entraras a esa casa: ¡Huye!, de Jordan Peele
Hay películas pequeñas tan bien realizadas y tan bien contadas que dejan en ridículo a las grandes y costosas superproducciones de Hollywood. Es el caso de ¡Huye! (Get Out, 2017), el debut como director del comediante, actor y guionista neoyorquino Jordan Peele, que con este filme se metió en el cine de género –en este caso el terror- y logró aportarle elementos que lo enriquecieran, llevándolo a un nivel entre impredecible, reflexivo y divertido, si tal cosa fuera posible en un relato macabro y sobrenatural como este.
Peele está dispuesto a quebrar nuestras expectativas y nuestras ideas preconcebidas de lo que debe ser una cinta de estas características. Es más, ¡Huye! empieza semejando ser una actualización de ¿Sabes quién viene a cenar? (Guess Who’s Coming to Dinner, 1967) en el planteamiento de una pareja interracial –ella blanca y él negro- que van a conocer a los padres de la novia. Ambos son socialmente exitosos, físicamente bellos, un ideal de pareja norteamericana bastante idealizado.
Él, Chris, siente aprensión de la reacción que vayan a tener los padres de Rose al enterarse de su raza. El asunto no es tan sencillo como debería, ni tan natural como podría pensarse. El racismo es aún una asignatura pendiente en la sociedad norteamericana post Obama y eso no hay como ocultarlo. Pese a ser un hombre profesional y acomodado económicamente, hay un malestar latente en Chris: lo que no sabe es que su reticencia y miedo al rechazo van a alcanzar en esta comedia negra –literalmente- niveles de pesadilla.
Los Armitage –la familia de Rose- viven en una lujosa casa campestre entre un cuidado bosque. El padre es neurocirujano, la madre es psiquiatra, el hermano de Rose estudia medicina. Poseen clase, gusto, refinamiento, y reciben a Chris de manera expansiva y alegre. Los Armitage tienen jardinero y ama de llaves negros y aunque le explican el porqué, eso le llama la atención a Chris que no se siente del todo cómodo entre la familia que lo acoge. Ciertos detalles y algunos hechos que podrían ser solo paranoia suya no acaban de encajar del todo. Hay una condescendencia en el trato hacia él –que se amplifica cuando llegan unos invitados de la familia el fin de semana- que se antoja postiza, y que el director Jordan Peele no deja de exponer con muchísima ironía.
¡Huye! es una película de terror y allá hay que llegar alguna vez, lo bueno es que Peele no se tomó demasiado en serio el asunto y al susto le combina comedia –provista sobre todo por Rod, un amigo de Chris, a quien este le encomendó cuidar de su perro en su ausencia- haciendo de la mezcla un plato más digerible sin por ello perder su sazón crítica, que es a lo que este filme siempre apela.
La concepción del negro aceptado por su biotipo físico y su habilidad atlética, pero no considerado un igual intelectualmente y socialmente, tiene acá su versión extrema, esquizoide y demencial. La mención a Jesse Owens y la alabanza del cuerpo y el rostro de Chris (interpretado con toda expresividad por el actor inglés Daniel Kaluuya) no son casuales. Como no es tampoco casual el interés de una chica como Rose (la bella Allison Williams) por alguien como él, parece decirnos Jordan Peele con pesimismo. Razón tenía Rod cuando le recuerda a Chris: “Te dije que no entraras a esa casa”. Parece que aún no es tiempo, por inverosímil que parezca, de entrar.