Un castillo de naipes: Blue Jasmine, de Woody Allen
El enfado y la decepción de un autor como Woody Allen hacia la frivolidad del ser humano contemporáneo se ha traducido en unas películas recientes donde predomina la ironía y el cinismo, como pudimos observar en El sueño de Cassandra (2007) y Conocerás al hombre de tus sueños (2010), dos dramas donde sus personajes, ambiciosos y amorales, no parecen aceptar la realidad gris en la que viven y que terminará al final por abatirlos.
Blue Jasmine (2013) se suma a estos filmes al describirnos las vicisitudes de una mujer (interpretada por Cate Blanchett) que vive en una quimera construida a punta de mentiras y engaños, empezando incluso por su propio nombre. Habitante de un frágil castillo de naipes cuya inestabilidad prefiere no ver, se entrega a los placeres del lujo material y cierra los ojos ante las señales de su propia derrota.
A diferencia de la acaudalada protagonista de Alice (1990) por la que Woody Allen se compadeció y le dio por lo menos una vía de escape gracias a la magia, a Jasmine lo que va a darle es una lección. La enfrenta a sus propias inseguridades, indecisiones y torpezas, mientras unos bien intercalados flashbacks nos van dando cuenta del camino en espiral que recorrió para llegar hasta el punto de no retorno donde la encontramos. No tiene salida, pero tampoco es capaz de reconocerlo. Cuando le miente a la persona que podría salvarla entendemos que tarde o temprano todo se vendrá abajo para siempre, incluyendo su delicado equilibrio mental. Lo peor es que Woody no está dispuesto a redimirla.
La actriz australiana Cate Blanchett realizada un retrato superlativo de una mujer en una encrucijada personal, incapaz de aceptarse débil o necesitada de afecto. Su desempeño es absolutamente brillante, muestra inequívoca del talento de este autor neoyorquino para dirigir actrices y obtener de ellas interpretaciones de tan enorme calidad. La Jasmine de Cate Blanchett es un ser por el que no podemos sentir piedad. La confusión mental y la obnubilación personal que la circundan nos alejan sin remedio.
Con Blue Jasmine, Woody Allen vuelve a la senda del drama y lo hace con una narración sobria e inteligente acerca de la inveterada debilidad de la condición humana. La maestría que le han dado sus muchas décadas de trayectoria artística no admite discusión alguna.
Publicado en la columna “Séptimo arte” del periódico El Tiempo (Bogotá, 24/10/13). Pág. 16
©Casa Editorial El Tiempo, 2013
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