Un cronista de guerra: Samuel Fuller, 1912-1997

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En junio de 1946 el director Lewis Milestone recibió una carta de un soldado norteamericano retirado que estuvo en la Primera División de Infantería del ejército de su país durante la Segunda Guerra Mundial, asignado a África y Europa. Milestone se había hecho famoso cuando en 1930 llevó a las pantallas la adaptación de Sin novedad en el frente, mostrando los horrores de la guerra desde la óptica de un grupo de soldados alemanes que mueren en las trincheras.

Pero el exmilitar se estaba refiriendo en su carta a la más reciente película de Milestone, A Walk in the Sun (1946), ambientada en Italia durante la llegada de las tropas aliadas a Salerno en 1943. Defraudado por lo que vio, le escribe: “Estoy furioso por qué usted se equivocó. Sí, yo también escribo. De hecho, le vendí un libro a Howard Hawks y escribí un guion para él. Pero algún día voy a escribir una maldita historia real de lo que le pasa al fusilero y no se parecerá a nada de lo que he visto producido hasta ahora. Si puedo capturar el espíritu de los reclutas americanos de la misma manera en que usted capturó el espíritu del soldado alemán en Sin novedad estaré en el camino correcto”.

Samuel Fuller

Quien firmaba la carta “con intensa decepción” era Samuel Fuller, que vivió para cumplir su promesa: sus películas bélicas –Casco de acero (The Steel Helmet, 1951), Fixed Bayonets! (1956), Verboten! (1959), Misión en Burma (1962) y The Big Red One (1980)- no se parecen a ninguna otra en su seco realismo, liberado de lastres sentimentales y heroicos. Tienen la contundencia del que estuvo allá y la inmediatez del reportero que fue en su juventud.

Fuller nació el 12 de agosto de 1912 en Worcester, Massachusetts, hijo de inmigrantes judíos europeos. Mensajero, periodista, militar, guionista, novelista y director de cine, Fuller siempre está relacionado con cine de bajo presupuesto, y temáticas de encendida polémica. Su cine nos recuerda que hay un estrecho sendero entre la cordura y la locura, y que el mal acecha en los sitios más inesperados. Tras una trayectoria como guionista que se inició en 1936, debutó en la dirección en 1949 con I Shot Jesse James gracias a los auspicios del productor independiente Robert Lippert. Filmes posteriores como Pickup on South Street (1953), Shock Corridor (1963) y The Naked Kiss (1964), le mostraron al mundo que no solo era hábil para el cine bélico. Premiado en Valladolid, Locarno y Venecia, nunca fue nominado a un premio Oscar. Falleció en Los Ángeles el 30 de octubre de 1997.

Martin Scorsese en el prefacio de A Third Face, la autobiografía de Fuller, escribe: “Cuando uno responde a una película de Fuller, a lo que uno está respondiendo es al cine en su esencia. El movimiento es emoción. Las películas de Fuller se mueven convulsamente, violentamente. Cómo la vida cuando es vivida con genuina pasión”.

Publicado en el periódico El Tiempo (Bogotá, 16/08/12). Pág.16
©Casa Editorial El Tiempo, 2012

©Todos los textos de www.tiempodecine.co son de la autoría de Juan Carlos González A.

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