Una mente brillante: La teoría del todo, de James Marsh
El padre de Stephen le advierte a Jane Wilde que lo que va a enfrentar es y será muy difícil. Ella y su hijo están por casarse, y a las dificultades inherentes de ajuste a la vida de pareja, su matrimonio estará bajo el signo de la enfermedad. Stephen ya muestra signos de una esclerosis lateral amiotrófica que va a terminar por comprometer toda su capacidad motriz y que, según los pronósticos médicos, en dos años acabará con su vida. Es 1965 y ella está dispuesta a asumir esos riesgos. Lo que no sabe es que está a punto de unir su vida a la de Stephen Hawking, una de las mentes más brillantes del siglo XX, y que durará casada con él treinta años, pues su notable esposo, pese a sus enormes limitaciones físicas, se negó a dejarse morir.
En 2008 Jane publicó una autobiografía sobre su relación con Hawking, Travelling to Infinity: My Life with Stephen, y es en este texto en el que se basa la película La teoría del todo (The Theory of Everything, 2014), una versión dulcificada y a prueba de riesgos de la relación conyugal entre esta pareja. El director James Marsh y el guionista Anthony McCarten optaron por lo seguro: una historia de amor en medio de la adversidad, que puso a prueba la capacidad de sacrificio de una mujer y la enorme voluntad de superación de un hombre. El hecho de que tanto Hawking como su exesposa estén vivos tiene que haber pesado a la hora de este abordaje demasiado calculado para despertar la simpatía del espectador.
La teoría del todo (2014)
Que la película carezca de brío dramático no quiere decir que no tenga virtudes y estas obviamente tienen que ver con la representación que Eddie Redmayne y Felicity Jones hacen de los protagonistas. Redmayne interpreta al intelectual torpe que de repente se ve enfrentado a un diagnóstico que es como una cadena perpetua, mientras Jones es la joven decidida que se prenda del ingenio de un hombre que no se doblega ante semejante enfermedad. Redmayne, con el tipo de actuación que fascina a Hollywood, ya ganó el Globo de oro y es posible que pronto le esperen estatuillas más relucientes.
Un hombre con una personalidad tan compleja como la de Stephen Hawking ameritaba un filme menos convencional y cauteloso que La teoría del todo, al que le faltó el valor y el ingenio que él mismo demostró a lo largo de toda su meritoria vida.
Publicado en la columna “Séptimo arte” del periódico El Tiempo (Bogotá, 18/01/15). Pág. 5, sección “Debes hacer”.
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Los protagonistas visitando a Stephen Hawking
